“Las situaciones económicas cambian, pero los dientes perdidos no se recuperan”
En los últimos meses, hemos observado en nuestra consulta un incremento sustancial del número de urgencias motivadas por dolores dentales, provocados por flemones, grandes destrucciones por caries o fracturas que recuerdan a las patologías frecuentes de los años ochenta. Y en todas ellas el denominador común no es otro que la falta de chequeos y revisiones periódicas.
Desgraciadamente, hoy nos toca vivir momentos difíciles. Esa “cosa” de la que todos hablamos, la crisis brutal que estamos soportando, activa en el ser humano su sentido de autodefensa, obligándole a replantearse todo tipo de consumo, aunque ello incluya las revisiones periódicas en el dentista.
Por ello, por el conocimiento de los efectos de la crisis sobre las consultas y sobre vosotros, los pacientes, me permito dar una serie de consejos para el cuidado de la boca.
Soy consciente de que los tratamientos dentales son costosos, pero también es cierto cuando por dejadez o necesidad no se hacen revisiones preventivas periódicas, el costo de dichos tratamientos se puede ver incrementado sustancialmente.
En este sentido, ahí van dos ejemplos que evidencian la importancia de la prevención dental.
Dicho lo cual, inmortalizo aquí lo que siempre transmito a mis pacientes:
“Si los implantes fueran mejores que los dientes, Dios nos habría puesto implantes”.
Y a modo de resumen diré que, sea cual sea la situación económica, no debe interferir en el cuidado dental.
Si vuestro deseo es mantener vuestra boca o vuestra dentadura en el mejor de los estados posibles, lo mejor es seguir este doble consejo:
Como decía al inicio de esta entrada: